Bajo la influencia de la Haloterapia, se consigue una disminución de la tos y de los ataques de disnea con una mejoría real del haz de luz bronquial, cuya obstrucción es característica del asma.

 

 

El asma es un trastorno que provoca que las vías respiratorias se hinchen y se estrechen, llevando a que se presenten sibilancias, dificultad para respirar, opresión en el pecho y tos.

Los síntomas de asma pueden desencadenarse por la inhalación de sustancias causantes de alergias, llamadas alérgenos o desencadenantes, siendo los más comunes: animales, polvo, cambios en el clima, químicos en el aire o en alimentos, ejercicio, moho, polen, ácaros, infecciones respiratorias, estrés y humo del tabaco.

Los ataques de asma pueden durar de minutos a días y se pueden volver peligrosos si se restringe el flujo de aire de manera importante.

Los tipos de asma en cuanto a su origen se pueden dividir en asma intrínseca, con origen desconocido, peor pronóstico y tendencia a cronificarse (se detecta con mayor frecuencia en edad adulta). Y asma extrínseca o alérgica, que consiste en una reacción antígeno-anticuerpo que desencadena el proceso y se controla con un tratamiento adecuado (afecta principalmente a niños y adultos jóvenes).

 

El asma también se puede clasificar como leve, moderada o grave, según la frecuencia e intensidad de los síntomas, la manera en que repercute en la vida cotidiana y el grado de obstrucción bronquial.

El asma es un problema de salud pública que afecta a un 10% de los niños y jóvenes, y a un 5% de la población adulta en los países industrializados. En España dos millones de individuos padecen asma, y en el mundo superan los 150 millones. En cuanto a la tasa de mortalidad por esta patología, en nuestro país fallecen por esta causa 2 x 100.000 h/a, y en el mundo se producen 100.000 muertes por año. Los fallecimientos son provocados por ataques agudos que no pueden controlarse, aunque existen otros factores que impiden el abordaje de las crisis mortales.